Mantenerse al día con las declaraciones de Donald Trump sobre los aranceles, desde los anuncios reales hasta las amenazas vagas, es una tarea vertiginosa.
Un día está decidido a destruir la economía integrada de América del Norte; al siguiente, quiere apaciguar a los fabricantes de automóviles que dependen de ella.
Cuando se trata de China, oscila entre imponer gravámenes cada vez mayores a sus productos e insinuar su deseo de alcanzar un acuerdo comercial gigantesco.
En cuanto a otros países, habla de manera ominosa de aranceles grandes, pero aún no especificados, que pronto entrarán en vigor..